Uno de los temores principales a la hora de
llevar en práctica una idea en la que crees firmemente son los costes laborales
que acarrean el hecho de pagarse uno mismo los gastos que suponen realizar una
actividad laboral por cuenta propia.
Un trabajador tiene unos costes para una
empresa, que se componen del salario que percibe el trabajador más los
gastos laborales. Para que la empresa tenga contratado al trabajador es
imprescindible que todo lo que cuesta el trabajador sea compensable con los
beneficios que aporte a la empresa.
Pongamos un ejemplo ficticio (los valores son
inventados, ahora mismo no recuerdo los porcentajes cotizables):
Salario neto del trabajador:
1200 €/mes,
Costes laborales: 400 €/mes
Coste total del trabajador para la empresa: 1600 €/mes
Este trabajador deberá tener una producción mayor a 1600 € cada mes para
que sea contratado y mantenido por la empresa, de lo contrario no será rentable
y será despedido puesto que generará perdidas a la empresa.
Supongamos que el trabajador tiene una producción de 2200 € cada mes, en este
caso podrá trabajar para la empresa generando una rentabilidad para la misma de 600
€ cada mes.
Si ese trabajador trabajase por cuenta ajena
tendría seguramente un salario igual a 1200 € trabajando menos horas de las que
trabajaba en la empresa, puesto que no tendrá que producir 600 € para la
empresa.
Todo ello puede dar a lugar a una hipótesis que
no deja de ser muy interesante: Los asalariados, además de trabajadores son
clientes de la empresa para la que trabajan, puesto que están pagando una parte
de su producción para que la empresa les de trabajo. Puede ser este
uno de los principales motivos para pensar que el marketing sea una herramienta
tan importante para la empresa, puesto que permite dirigir la producción empresarial
hacia determinados segmentos de clientes que puedan valorar positivamente los
atributos de los productos o servicios. Parece entonces claro que le marketing es una herramienta esencial
tanto para las empresas como para el trabajador a cuenta ajena, para poder
conseguir una mayor rentabilidad a la hora de buscar la faena.
También me gustaría hacer una reflexión muy
básica: A mayor producción, más salario y mayor rentabilidad. No
obstante debemos evitar considerar a la producción como un simple hecho, sino
que deberíamos considerarla bajo la lupa de la eficiencia y la eficacia, porque
de nada sirve producir bienes o servicios que nadie quiere, por eso es
imperativo tener capacidad de innovar y
mejorar constantemente.
A todo ello, quizás el verdadero problema sea la
imposibilidad de buscarse uno mismo su propio trabajo ¿no sería conveniente que
los centros formativos dieran un mínimo de formación en marketing?