Muchos piensan que el sector de la construcción inició su burbuja a mediados de los años noventa. Según datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya en el año 1970 la construcción representaba el 8,8 % del Producto Interior Bruto (PIB), dicho valor permanece constante hasta el año 2000.
En los años de mayor expansión de nuestra economía (2003-2007), el sector de la construcción llegó a representar casi el 12 % del PIB. Hoy día el peso del sector es aproximadamente del 9 % del PIB.
Algunos ejemplos del peso del esctor de la construcción en determinados países tenemos Corea del Sur (6,5% del PIB), Argentina (5,5% del PIB), Francia (4,83% del PIB), Alemania (4,30% del PIB). También es cierto que algunos países como Chile, Brasil tienen un peso similar a los mencionados. Parece que lo habitual y según datos, es que el sector de la construcción en país tenga un peso en la economía de un 4-5 % del PIB.
¿Nuestro motor de crecimiento ha sido la construcción?.
Con estos datos sobre la mesa, se puede afirmar que tenemos un sector con una alta importancia en el PIB en relación a algunos países y lo que más destaca es que hemos tenido una cultura en la que la construcción ha sido el motor de la economía española.
¿Es posible salir de la crisis con el sector de la construcción tocado y hundido?
Salir de la crisis en términos de Producto Interior Bruto probablemente sí, actualmente España tiene un PIB por habitante de unos 22.710 € anuales, es un dato muy reducido si se compara con Francia (30.240 € anuales) o Alemania (43.671 € anuales).
El hecho de que España tenga un PIB por habitante tan reducido, viene dado por el sector Industria, en el cual el PIB por habitante es de tan solo 3.525 € anuales, dato que Francia duplica y Alemania triplica. España podría aumentar su PIB si tuviera más fortaleza en Industria.
¿Con una Industria fuerte se reduciría el desempleo?
Sí, pero quizás no significativamente. No todos los sectores crean empleo por igual a medida que crecen. La Industria tiende a estar cada vez más automatizada, esto implica una reducción de la mano de obra.
Lo realmente positivo que tiene el sector de la construcción es la mano de obra que llega a mover: los diferentes oficios que se benefician que aún no son realizados por maquinas. Que haya mano de obra implica un reparto de los recursos más equitativo, porque más ciudadanos se benefician.
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