Partiendo
del modelo económico básico, nos podemos encontrar en una situación de déficit.
Como ya
sabemos una situación en la que disminuyen los ingresos y aumentan los gastos
crea una tendencia hacia decrecer, generando una línea que vista de izquierda a
derecha parece una bajada.
Por
tanto, en una situación hipotética de déficit en la que los ingresos se ven
reducidos tiende a agravar la situación acelerando el camino hacia la
bancarrota.
Beneficio = Ingresos – Gastos
Si los
ingresos se reducen, y nos encontramos en una situación de déficit no queda
otra que reducir los gastos como solución
inmediata. No obstante existe la vía del crédito, que sin ser mejor o peor,
tiene unas consecuencias.
Podemos
dividir los ingresos y los gastos en:
Puntuales:
Se producen en un momento determinado.
Corrientes:
Constantes a los largo del tiempo.
Un
préstamo generará un ingreso puntual, que permitirá sacarnos del déficit
durante un periodo de tiempo, puesto que un ingreso puntual no es constante en el tiempo. La salida del déficit
permitirá mantener el gasto que se tenía antes sin mayores consecuencias a
corto plazo.
El
problema surge, cuándo con el préstamo viene de la mano una deuda, que va a generar unos gastos corrientes en nombre
del préstamo, estos gastos corrientes no serán eternos, pero si estarán durante
un periodo de tiempo determinado.
Todo y
que con el préstamo se ha conseguido salir de una situación de déficit a corto
plazo, se ha generado un incremento en
los gastos, es decir, a largo plazo no quedará otra que aumentar los
ingresos o si la situación económica no mejora tocará hacer un recorte aún
mayor en gastos, puesto que la parte de gastos que genera la deuda no son
recortables.
Ejemplo numérico, (estipulamos que se
revisan los ingresos y gastos anualmente):
Año 1:
Partimos
de una situación en la que se ingresa anualmente 100.000 € y se gastan 120.000
€, en consecuencia, habría que hacer un recorte de 20.000 €.
Ingresos
= 100.000
Gastos =
120.000
Recorte
= 20.000
Para no recortar se pide un crédito que
permita salir de la situación de déficit durante todo un año, teniendo en
cuenta los gastos que generará la deuda durante todo el año.
Una
posible solución es pedir 25.000 € y pagarlos a 5 años, entonces las nuevas
cuentas serían así:
Ingresos
= 125.000
Gastos =
125.000
Recorte
= 0
Habríamos
generado un ingreso puntual anual de
25.000 que se sumaría a los ingresos corrientes o habituales, a su vez como
se quiere devolver en 5 años, este ingreso puntual va a generar unos gastos
corrientes durante 5 años de 25.000 euros más a lo que ya había.
Con esta
solución se consigue mantener el tren de vida durante un año.
Año 2
Al
siguiente año la situación sigue siendo igual que el año anterior, los ingresos
no han aumentado, pero ahora no tendremos el ingreso puntual que nos dió el crédito del anterior año y la situación será la siguiente:
Ingresos
= 100.000
Gastos =
125.000
Recorte
= 25.000
Hemos
pasado de tener que recortar 20.000 en un origen a tener que recortar 25.000,
si para solucionar la situación se repite el proceso anterior, el posible recorte se irá incrementando.
Conclusión
Pedir crédito,
es una solución que es viable si a corto plazo la circunstancias mejoran y los
ingresos suben, puesto que dicho crédito aumentará los gastos corrientes. En el ejemplo anterior si en el año 2 en vez de mantenerse los
ingresos en 100.000 € se hubiera incrementado en 125.000 € se habría podido
sostener la situación.
Es por ello que la vía del crédito es una medida
que puede salvarte de una situación o generarte más problemas, es por ello que
hay que tener muy claro el alcance de la recesión y por desgracia ni los
grandes gurús de la economía suelen acertar.